miércoles, 3 de septiembre de 2014

Consejos de veterano

  Queridos amigos, me dirijo hoy a vosotros con el afán divulgador que me caracteriza para recomendaros una saludabilísima práctica que la mayoría ignora:
   Sabido es que el ser humano nació con dos patas largas al final de su tronco, razón por la cual está clarísimo que su objetivo principal debe ser correr. No más humanos en automóvil, apoltronados en el  sofá o esperándonos sentados mientras nosotros jugamos alegremente en nuestro parque o volamos a su alrededor.

   ¿Tienes la suerte de vivir en Europa y tener uno o varios humanos para ti solo? ¡No te cortes! Con una cuerdecita o un arnés al brazo, haz que corran, que caminen, que suban y bajen. No importa  que parezcan no necesitarlo, la nuestra es una percepción errónea, de animales que nunca podemos ponernos plenamente en su lugar. Aunque no lo parezca, tu humano está pidiendo a gritos salir a la calle y que le obligues a zascandilear por doquier, moviendo esas piernas que en otro caso no tendrían sentido. Hay innumerables estudios que prueban que un humano que usa las piernas es más feliz.

   No te dejes ganar por su aparente cansancio, por su aparente falta de ánimo. Fíjate qué sonrosaditas sus caras, qué brillo de ojos y qué manera de resoplar cuando por fin consigues que se lancen a la carrera, tanto mejor cuanto más escarpado sea el terreno, tanto más estimulante cuanto más arriesgada parezca la práctica. ¿Y te has dado cuenta cómo gritan de entusiasmo cuando te alejas y deben acelerar para seguirte? No dejes de hacerlo un par de veces por sesión.

     Es cierto, algunos humanos son bastante tontos y se resisten  o se enredan en los fiadores, otros se desorientan y pueden perderse o despeñarse por laderas demasiado escarpadas. No te apures, piensa que hay tantísimos que una pequeña pérdida no tiene importancia, sirve aun bien mayor y el índice de probabilidades de que suceda es bajísimo. Y si aún así continúas sin verlo claro,  puedes también atreverte a sacarlos sin elementos de fijación. Nada hay como el free-run.  Evita comparaciones, huye de cansados entrenamientos y procesos de educación. Un humano que conoce su casa y degusta los canelones en un mismo hogar desde niño -lo que algunos llaman acondicionamiento-no se va a marchar lejos, menos aún si tiene que volver para el almuerzo (Por eso es aconsejable que al comienzo le hagas practicar antes de permitir que pruebe siquiera el desayuno). Si de verdad aprecias a tus humanos, no dudes en poner en marcha tus sesiones de Free-run. Te lo dice este loro veterano.

2 comentarios :

  1. Me llama la atención que muchos de los que piensan lo bueno que es el ejercicio para nuestros queridos animalitos padezcan de una obesidad enfermiza, habría que recordarles que nosotros también cazábamos sin armas de fuego y nos pasábamos horas tras las piezas hasta que se cansaban y las podíamos matar, gracias a nuestra capacidad para planificar el esfuerzo podíamos comer pero… ¿Cuál era nuestra esperanza de vida?
    Hay que desterrar la idea de que los animales son atletas empedernidos, para ello les invito a que vean a Ginger que es una encantadora cachorrita que se tumba en la calle en cuanto tiene oportunidad para descansar del calorazo castellano.

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  2. Pues esa es solo una parte, la otra es olvidar en qué circunstancias tiene sentido ese vuelo y cuantas opciones de ejercico tiene un ave que NO ES EXCLUSIVAMENTE VOLADORA. Ni los obsesionados del vuelo ni quienes se "resignan" planean otros modos de mantener en verdadero buen estado el físico de su mascota...Mucho que pensar y reordenar seguramente.

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