miércoles, 18 de febrero de 2015

Todavía no

No puedo prometer que siempre seré fuerte, que cuidaré de ti como tú misma, que no tropezaré, que no voy a perder los nervios, ni tan solo decirte que no voy a rendirme. El camino que queda por delante va a ser tan duro que quizá yo no alcance para estar a tu altura. No podría decirte que estaré siempre ahí cuando me necesites. Todas estas cosas, me gustarían tanto, que el hecho mismo de saber que seguramente no voy a cumplirlas, me destroza. En este instante, me duele tanto mi imperfección, mi incompetencia para este cometido, que casi no me atrevo a mirarte a los ojos mientras pruebo otra vez a ponerte el arnés y a pedirte que salgas.

No, yo no voy a fingir un coraje que no tengo. Y sé que no podré dejarte en la forma apropiada. No puedo simular que tú estás de acuerdo. No me quiero mentir, ni mentirte. Seguramente lo sabes. Noto en tu modo de estar conmigo que has comprendido cosas que yo aún no me atrevo a plantearme. Si intento hacer memoria, creo que lo sabías mucho antes de que nos diéramos cuenta de lo mal que iba todo. Acaso has empezado a despedirte, pero lo mismo son figuraciones mías. Precisamente ahora, cuando más necesitaría saber lo que tú piensas,  es cuando más segura estoy de no saberlo.
 Sí que hay algo que puedo prometerte y prometerme, te evitaré el dolor, el que conozco, el que puedo entender y también te prometo que intentaré evitar que dejes de ser tú misma, o mejor dicho, lo que yo percibo de ti misma, tu energía, tu dignidad, tu lealtad...No sabré nunca si eso es lo que tú quieres, pero mientras no lea la derrota en tus ojos, yo, que ya estoy derrotada de hace días, me pondré a la tarea de cuidarte, de cuidar lo que siento que eres. Perdóname si equivoco los signos, perdóname si reniego o me canso alguna tarde, aunque sean segundos de flaqueza y perdona, en fin,  que sea tan falible. No elegiste vivir entre nosotros. No sé si elegirás marcharte y si sabré entenderlo o si el día que suceda estaré una vez más equivocándome, no sé si ha sucedido y no lo veo,  pero si hay algo de lo que estoy segura y querría que tú también supieras. Todo mi corazón con su torpeza va estar en el empeño de hacerlo bien.

Como en cada momento de tu vida, yo voy a decidir este trayecto sin mapas y no voy a engañarme diciéndome que es lo mejor. Nunca sabré qué es lo mejor, nunca estaré segura. Hemos hecho juntas un camino de años y a menudo he creído entenderte. Ahora me recuesto a tu lado y no sé sino el calor que me das con tu cuerpo, la suavidad de tu pelaje, el latido tranquilo del corazón que escucho. ¿Es eso estar en paz en tu mundo de perro? Voy a ser egoísta una vez más y a creerme que sí, porque aún no tengo fuerza para pensar otra cosa.Todavía no.